Pedro Castillo asume hoy la presidencia del Perú, producto de la lucha popular se evito el fraude electoral que pretendía imponer a Keiko Fujimori, el pueblo consigue una victoria y las esperanzas de que exista un cambio en el Perú, pero decir que esto los llevara a la sociedad socialista, ya es salir de la realidad.
La “economía popular con mercados”
fue la propuesta de Castillo que ha resonado en los medios internacionales y
que evidencia una realidad, la de un gobierno socialdemócrata que se hace
llamar revolucionario, cuando simplemente va a reformar la estructura
capitalista para hacerla más amigable con los trabajadores, indígenas y el
resto de sectores marginados a condiciones de pobreza y miseria frente a la burguesía,
que con este régimen seguirá por encima siendo los dueños de los medios de producción
con algunos privilegios recortados.
- Véase También: Un Vistazo a la Política Peruana
- Véase También: Perú: El Miedo Burgués a un Posible Cambio
Realidades Latinoamericanas
Perú se va a convertir en otra
Cuba o Venezuela dicen los que temen simplemente perder una minúscula parte de
sus riquezas; pero nada dice que sea así. Pese a que toda Latinoamérica,
exceptuando Perú, Colombia y Chile, estuvo al mando de estos gobiernos
progresistas, solo se habla de crisis humanitaria en Venezuela y Nicaragua, en
el resto de las naciones el desastre no contrasta mucho del que dejaron los
neoliberales.
- Véase También: De Kirchner a Macri: La Crisis Argentina no la resuelve una Elección
- Véase También: Obras Correístas: Asistencialismo, Propaganda y Corrupción
La década de Rafael Correa en el
poder manchada por corrupción y represión, la crisis existe, pero el contrapeso
que hizo la organización del movimiento indígena-popular por medio del Frente
Popular (FPE), el Frente Unitario (FUT), y la Confederación de Nacionalidades Indígena
(CONAIE), evito que el progresismo se pueda adueñar del discurso de la
izquierda y del control absoluto del país. En Argentina, siempre ha vivido bajo el constante endeudamiento, los
que se llamaron progresistas o revolucionarios allí incluso pertenecen al mismo
Partido Justicialista (PJ) que ya gobernaba con Menem. Las favelas en Brasil
siguen existiendo pese al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) desarrollo
un proceso de modernización en el país donde, en el mandato de Lula da Silva,
el PIB subió de 558.32 mil millones en 2003 a 2.616 billones en 2011, llegando
a expandir la influencia geopolítica con Odebrecht.
- Véase También: La "Izquierda Revolucionaria" Socialdemócrata
Uruguay, en cambio, es vista como
uno de los ejemplos del “socialismo del siglo XXI”, teniendo un crecimiento del
PIB igual al Brasil y un gobierno que ha sabido mantener su popularidad y
rostro de izquierda a lo largo del tiempo, aunque eso no evito la derrota del Frente
Amplio (FAU) en 2019 por un estrecho margen de 28 mil votos.
Puede que algunas de estas
realidades se repitan en Perú, pero no con exactitud, todo depende de la propia
situación del país en la que dudosamente se podrá, aunque se quiera, seguir el
ejemplo de Venezuela.
La realidad Peruana
El Perú es un país donde han
tenido una dura crisis política, con 4 presidentes en 4 años, la
institucionalidad se encuentra totalmente desprestigiada y los grandes partidos
políticos como la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Fuerza
Popular (FPP) y el ollantismo, han simplemente perdido mucho o todo su peso político.
La izquierda se encuentra fragmentada en Juntos por el Perú (JP), el Frente
Amplio (FAP), y otros sectores más que, de no ser por la segunda vuelta, jamás hubieran
pensado en darle apoyo a Castillo.
Similar a la situación ecuatoriana, donde la izquierda aglutinada electoralmente en
partidos como Pachakutik (PK) y Unidad Popular (UP) y organizaciones sociales como
el FPE, FUT y CONAIE, tras el gobierno de Correa emprender una política antipopular, se opusieron firmemente al gobierno de Correa, con grandes movilizaciones
populares en que sufrieron de la represión del régimen y obtuvieron una presencia importante en los medios de comunicación, en Peru la izquierda no se halla totalmente a la merced de Castillo.
Solo hay que recordar que, en
principio, Pedro Castillo solo consiguió que el 10% de la población le vote en
primera vuelta, un hecho inédito, muestra de la crisis del país, solo ganado la
segunda vuelta por el apoyo del resto de fuerzas que no han estado de acuerdo
con su conservadurismo en temas como derechos de la mujer y la comunidad LGBTI+. Una izquierda fragmentada que no podrá simplemente ser seducida por el carisma de Castillo y haciendo que tenga que responder ante el pueblo, incluso si no quiere, por sus acciones al ser incapaz de tener control absoluto de las instituciones, forzada a cumplir con el gobierno que prometió en campaña.
Lo mejor que se puede esperar es
que lleguen a alcanzarse ciertos anhelos populares con la Nueva Constitución y
ciertas reformas que se alcancen en el gobierno de Pedro Castillo, pero no un
cambio que rompa con la situación de pobreza de todos dentro de las clases
populares, la corrupción de los grandes empresarios y sus sirvientes en la política
no se terminara tampoco con estas reformas, solo la revolución y el socialismo
lo harán con el fin de su principal fuente poder, desde donde captan los
millones con los cuales corromper la justicia, el control de lo medios de
producción.
- Véase También: Ecuador: El Fraude Quiere Impedir el Cambio
Poco a poco el “socialismo del
siglo XXI” va perdiendo su presencia como la única opción de “izquierda”; en
Ecuador, PK y UPE estuvieron a punto de llevar a Yaku Perez a segunda vuelta;
en Brasil, la Unidad Popular por el Socialismo (UPB), la Unión de la Juventud
Revolucionaria (UJR) y las demás organizaciones luchan contra el régimen de
Bolsonaro; en Perú, frente a las alternativas socialdemócratas y la pretensiones
de los fascistas de tomarse el poder a la fuerza tras ser derrotados
electoralmente, el Partido Comunista Peruano (marxista-leninista) debe fortalecerse,
echando afuera la campaña anticomunista y dando algo en que la burguesía, los corruptos,
y el fujimorismo realmente teman.
Los pueblos del Perú y de
Latinoamérica deben seguir buscando el camino hacia un cambio real, efectivo
para los trabajadores, en la organización de la lucha popular contra el orden
capitalista. Los trabajadores deben estar vigilantes a las acciones del gobierno y la oposición, seguir luchando para que se cumpla lo prometido y por ampliar la victoria popular.