Enfoque Rebelde: Correísmo: El Perdedor de Balotajes

“Si quieren opinar, primero ganen elecciones”, eso decía Rafael Correa cuando era presidente del Ecuador. Hoy, con el desastre dejado por el derechista Guillermo Lasso, la Revolución Ciudadana (RC), que se había presentado como el principal opositor al gobierno del banquero, es derrotado por otro representante de la derecha tradicional ¿Cómo ha pasado esto?

El correísmo nos presentará argumentos en los que culpará e insultará a otros por la derrota. Desde ya acusa al voto nulo y a los sectores de izquierda que lo promovieron por no apoyar a la “única opción de izquierda”, pero no se pregunta la razón.

Piensa que es obligación de la izquierda estar con ellos, olvidándose de la ola de represión que organizó el gobierno de Correa en contra el movimiento indígena-popular. Con actos como el juicio a los 10 de Luluncoto, ilegalización de sindicatos como la Unión Nacional de Educadores (UNE) y la creación de la Unidad para el Mantenimiento del Orden (UMO), el ESMAD ecuatoriano, dejaron una lista de 681 criminalizados para el 2015. Criminalizados procedentes mayormente de organizaciones como Unidad Popular (UP) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE).

“Cuando se aplica la ley dicen que hay criminalización de la protesta social, lo que hay es protesta social criminal” (Correa, 2012)

El odio del correísmo al movimiento popular y su percepción de invencibilidad les hizo seguir una política en la que organizaron una política sectaria. Alejados discursivamente de la derecha tradicional y políticamente de la izquierda revolucionaria, el correísmo hizo de sus enemigos ambos sectores del espectro político. Conservadores mal vistos por la Iglesia y el Opus Dei por su discurso progresista, ecologistas que iniciaron la extracción petrolera en el Yasuní, defensores de los derechos de los pueblos a los que invadieron para defender las concesiones mineras. Las discordancias entre el discurso y la realidad, y viceversa, han hecho que sea incapaz de sumar apoyos una vez llegan a la segunda vuelta.

La estrategia de campaña es una muestra de ello, donde empiezan confirmando que son fieles borregos de Correa, y luego, en el balotaje, pretenden desmarcarse de su jefe. Así fue en 2021 y ahora en 2023, donde Correa puso a un desconocido, leal y dependiente totalmente a su figura, que en balotaje se independiza pero no consigue mucho éxito, pues los dejan en evidencia sus acciones fuera de esos dos meses antes de segunda vuelta.

Lo único que concuerda es su intento de presentarse como una especie de “frente de movimientos progresistas”, llegando a dejar en libertad a sus asambleístas cuando se trato la Ley sobre el Aborto por Violación, pero luego aparece Rafael Correa y define como candidata presidencial a una “provida”, guardando las voces progresistas dentro del movimiento para cuando sea necesario sumar más del 30% que representa el voto duro correísta o para adueñarse en las redes de las luchas del movimiento popular, aunque Correa y sus más allegados no puedan ni pisar alguna marcha de mujeres o levantamiento indígena.

A esta incapacidad de sumar, podemos incluir su record criminal. Correa se victimiza por el asesinato de Fernando Villavicencio, al ser acusado como supuesto autor intelectual del crimen. Pretende dar a entender que no hay razones para sospechar de él, omitiendo crímenes como el de Jorge Gabela, Edison Cosios y Fausto Valdivieso, acontecidos y silenciados en su gobierno.

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Noboísmo, el Nuevo Problema

El correísmo perdió, lamentablemente lo que queda en vez del correísmo no es nada nuevo. El noboísmo no es más que otro movimiento populista basado en la imagen de un caudillo. Como el correísmo usa los obsequios, bonos y políticas asistencialistas que no llegan a toda la clase trabajadora para conseguir respaldo popular.

Heredera del bucaramato, de donde proviene su primer líder, Álvaro Noboa, no hay que dudar de que se involucre en corruptelas. Ya Isabel Noboa, tía del presidente electo, armo negociados con Rafael Correa, Moreno y Guillermo Lasso, con su sobrino en la presidencia esto no cambiara.

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Pero no todo está perdido para el correato, mantiene su posición como principal fuerza en la Asamblea Nacional, hecho que le permite mantener dadivas y negociados a cambio del apoyo de a las leyes del gobierno de turno, como ya paso con la Ley de Desarrollo Económico y la Ley de Uso Progresivo de la Fuerza propuestas por Guillermo Lasso.

Los pueblos no están contentos con esto. En un país donde el voto es obligatorio, es discutible que un candidato solo reciba el respaldo de poco más de un tercio de la población habilitada para votar. Daniel Noboa recibió el apoyo del 39.36% de la población, un 8,49% de la población que fue a las urnas voto nulo.

Hoy, con la crisis migratoria es mucho más entendible las razones por las que muchos no votaron, aunque no les quita la responsabilidad a los candidatos. Esta es la realidad provocada por una década de correísmo y un modelo mega-neoliberal. Daniel Noboa y Luisa González son los representantes de ese sector que ha permitido la penetración del narcotráfico, los recortes a la educación y demás políticas que solo han beneficiado a los dueños del capital.

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Referencias

Calapaqui Tapia, K. (2016). Criminalización de la Protesta. Quito, Pichincha, Ecuador.

Correa, R. (Junio de 2012). Enlace Ciudadano 276. Muisne, Manabí, Ecuador. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=vW9oyzYSkU4

Montaño, D. (17 de Octubre de 2022). ¿Cómo se aprobó la ley económica y tributaria en la Asamblea? Obtenido de GK: https://gk.city/2021/11/28/ley-economica-aprobada/