Estados Unidos vive unas nuevas elecciones, elecciones en medio de una escalada en el genocidio israelí al pueblo palestino. Estados Unidos es el más leal aliado del Estado de Israel, vinculando los intereses de los imperialistas a los de la entidad sionista.
Los imperialistas requieren de Israel, la base más estable que tiene en el Oriente Próximo. Un lugar desde donde invadir y bombardear países llenos de petróleo. Para conseguir ello, permiten la colonización de las tierras palestina por gente procedente mayormente de Europa, parte de la cultura occidental y adoctrinada por el sionismo para pensar que le pertenece una tierra ya habitada.
Sin importar los ya más de 50 mil asesinados por la Fuerzas de Defensa Israelí (IDF), la administración de Joe Biden ha seguido la línea general de la política exterior gringa en la cuestión palestina, apoyar al Estado de Israel. En la ONU, ha vetado la mayoría de las propuestas de resolución del Consejo de Seguridad para exigir que cese al fuego en Gaza. A la vez, el régimen yanqui ha apoyado el bloqueo de Gaza cortando el financiamiento de la UNRWA, y colabora en los bombardeos a Yemen.
Kamala Harris y Donald Trump, los representantes del Partido Demócrata y Republicano, han expuesto su lealtad al Estado de Israel, mientras ellos y los demás candidatos del bipartidismo reciben fondos (lo que en Latinoamérica llamamos sobornos) de la AIPAC y el lobby israelí.
Solo hay que recordar que fue la administración de Donald Trump la que puso la embajada gringa en Jerusalén, ignorando los convenios que consideran a la ciudad una zona internacional, y planteó un "acuerdo de paz que convertía al Estado de Palestina en un bantustán de Israel, un estado sometido totalmente al sionismo compuesto de enclaves rodeados por territorio bajo ocupación israelí. Con Biden en la presidencia y Kamala en la vicepresidencia no ha cambiado esta realidad. La embajada gringa sigue en Jerusalén mientras Gaza es bombardeada indiscriminadamente e invadida por las IDF.
Demócrata y Republicanos llevan más de un siglo y medio reinando sobre Norteamérica, 76 de los cuales ha respaldado a Israel. En ese tiempo se ha dado la Nakba, la invasión de territorios de Siria y Egipto por más de un año, la masacre de Shatila y demás crímenes contra la humanidad. Pese a ello, a ningún presidente de Estados Unidos le ha importado defender al Palestina, porque necesitan de Israel para ser su "gran garrote" en Oriente Próximo, un régimen que asegure los intereses de los imperios occidentales, porque quieren los recursos energéticos de Palestina y sus países hermanos para su lucro. La ambición de los capitalistas jamás se ha preocupado de cuantas mujeres, niños, y civiles tengan que matar para conseguir sus egoístas fines.
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