Finalmente, en esta semana los
caprichos de la justicia española, afianzada en las antiguas maniobras del
franquismo, terminaron con la euroorden contra el presidente de la Generalitat
de Cataluña, Carles Puigdemont, y el resto de los miembros del gobierno catalán,
esto tras que el juez Pablo Llarena y compañía se hubiesen sentido ofendidos de
que el tribunal de Schleswig-Holstein no hubiesen aceptado entregar al presidente
catalán por delito de rebelión sino solo por malversación de fondos.
La justicia de la Unión Europea (UE),
a pesar de servir al régimen capitalista, modera su sistema para seguir una línea
democrático-burguesa donde se mantenga visible cierta separación de poderes e
imparcialidad a la hora de sentenciar a la gente, lo que provoca que sea
inadmisible dentro del marco europeo el delito de rebelión, el cual claramente
se encuentra dentro de una cuestión meramente política, principalmente cuando
la rebelión no incluye violencia, lo deja esto totalmente inaceptable para
Europa mantenga su rostro democrático.
Sin embargo, Europa igualmente podría
estar interesado en acabar con la cuestión catalana debido a los problemas que
provoca en el orden tradicional del continente, por lo cual aceptan entregar a
Puigdemont por delito de malversación, un delito real aunque realmente es
dudoso que existiese en este caso, pues la justicia española sugiere que
Puigdemont malverso fondos para realizar el referéndum aunque el mismo ex ministro
de hacienda español, Cristóbal Montoro, hubiese indicado que no existía tal
delito, recordando que este personaje es contrario a la independencia catalana y
procedente de un partido político de raíces franquistas. Pero al final el tribunal
alemán acepto uno del delito por llegar a tener mayor cantidad de pruebas,
aunque solo hubiera sido para financiar el referéndum catalán.
Por esto no es capaz de aceptar todos los deseos de la justicia española, cuyo modelo está enmarcado en la defensa de los “valores” indicados por Francisco Franco, estando entre estos defender la unidad de España lo cual crea un odio absoluto al independentismo. Este odio ha hecho que los tribunales españoles deseen que la justicia europea acepte el delito de rebelión como un capricho para mostrar su fuerza y dar un ajusticiamiento ejemplar al quien ven como el líder del independentismo, un capricho para mostrase poderosos ante Europa, los pueblos de España y el mundo. Esto en una total falta de reconocer sus propios límites, de reconocer que en la actualidad es difícil que se acepten delitos claramente presentados que atentes contra las libertades de los ciudadanos, al esto poder provocar que resurja el movimiento revolucionario y que le quiten la corona de Felipe VI.
Simplemente en el Congreso de
Diputados, Mariano Rajoy se creo la enemistad de los parlamentarios catalanes
de Partido Demócrata (PDeCAT) y de Esquerra Republicana (ERC) lo que dio una
cantidad importante de votos a Pedro Sánchez para destituir a Rajoy de la
presidencia de gobierno y levantar al Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
en las encuestas. Claro que años de franquismo han dejado cierta moral
invertida en la sociedad española lo cual podría debilitar un movimiento que
destruya el orden que dejo el franquismo, pero no es totalmente seguro, lo que
deja menos obstáculos al régimen español para instaurar métodos autoritarios en
nombre de la unidad de España. Esto no sucede en el resto de Europa, cuyos
pueblos no han estado bajo el adoctrinamiento fascista, sino bajo una educación
en la cual se reprocha al fascismo y se hablan de las libertades, siempre y
cuando estas libertades no alteren el orden capitalista de libre mercado, por
lo cual tienen que mantenerse dentro de esa especie de democracia que garantiza
una “tranquila sumisión” de la clase proletaria a la clase burguesa, algo que
ha costado la existencia de cierto pensamiento democrático que le de cierta voz
a la clase proletaria en la decisión de cual grupo de la burguesía gobernara.
Así el capricho e histeria con la
que actúa la justicia española se enfrentó a la moderación de la justicia
europea en el caso de Carles Puigdemont. La burguesía europea para mantener su
estabilidad y ayudar a sus aliados acepto ciertas medidas de la derecha
española, pero no pudo contentarla. Ahora desde los grupos mas afines al ultranacionalismo
se pretende romper con la UE por no aceptar ese grado de autoritarismo, que no existe
en ningún otro país de la Europa unida. El conflicto puede que continúe, pero
este ya es un golpe duro para los ambos sectores con una UE que demostró su
apoyo a las medidas represivas y unas instituciones españolas que se quedaron
con las ganas de arrestar a Puigdemont.
Bibliografía
El Robot
Pescador. (11 de Noviembre de 2017). Por qué las élites europeas corruptas
de la UE apoyan la represión del gobierno español. Obtenido de Kaos en la
Red:
http://kaosenlared.net/las-elites-europeas-corruptas-la-ue-apoyan-la-represion-del-gobierno-espanol/
Fernández, A. (13 de Julio de 2018). Los
independentistas recuperan a Montoro para negar la malversación de Puigdemont.
Obtenido de El Confidencial:
https://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2018-07-13/independentismo-cataluna-montoro-puigdemont-malversacion_1592129/
Villanueva, N. (19 de Julio de 2018). Llarena
rechaza la entrega de Puigdemont y reprocha al tribunal alemán haber
prejuzgado los hechos. Obtenido de ABC España:
https://www.abc.es/espana/abci-llarena-rechaza-entrega-puigdemont-malversacion-y-reprocha-alemania-falta-colaboracion-201807191339_noticia.html