Venezuela vive una nueva jornada de protestas en medio de una evidente falta de transparencia electoral. En una época donde la mayoría de los países del mundo, los organismos electorales publican el conteo de los votos por el Internet y siendo Venezuela uno de los pocos donde se un sistema completamente automatizado, el Consejo Nacional Electoral no hace públicas las actas de resultados, pese a lo cual así ha declarado a Nicolás Maduro, ganador y reelecto para un tercer mandato, extendiendo 6 años más un régimen que no solventa los problemas del pueblo.
La retórica convencional, la
ejercida por medios occidentales, hace pensar que Venezuela se enfrenta la
dictadura contra la democracia. Que la ahora Plataforma Unitaria y su líder Corina
Machado son libertadores frente a un gobierno autoritario, pero ¿qué hay de
cierto?
Rico entre Pobres
En cuanto a la económica, del
Brasil de Lula tenemos haber seguido una política desarrollista que le abrió
paso a ser parte de las economías del BRICS+, la Argentina de los Kirchner continúo
manipulando el peso en su intento de prevenir la crisis, y en Ecuador se siguió
con la política extractivista tras una breve pausa durante la iniciativa Yasuní
ITT. En Venezuela, la extracción petrolera sigue siendo la principal fuente de
recursos para la nación, la dependencia de toda la economía venezolana a esta
materia prima les hizo creer en momentos de boom que se habían convertido en un
“país rico”, sin embargo, no dejaban de estar fuera de la realidad general de
Latinoamérica.
Venezuela es un país sometido al
imperialismo, especialmente interesante para este por sus reservas petroleras.
Antes de Chávez se había desarrollado en el país con un importante sector turístico,
pero sin una industria desarrollada, más allá de hidroeléctricas y siderúrgicas.
La pobreza seguía presente en el país mientras unos pocos se enriquecían, el
Caracazo y la posterior victoria de Hugo Chávez fueron las muestras del
hartazgo que crearon.
El Chavismo
El régimen de Hugo Chávez se
encontró con una época de bonanza, que le permitió desarrollar su agenda que,
si bien pudo haber mejorado las condiciones de vida de los trabajadores, a la
vez que favorecía a una elite militar y burguesa. Se plantearon expropiaciones
a la vez que se negociaba con otros sectores empresariales, una mezcla de
formulas que creaba incertidumbre entre los empresarios, generaba nuevos poderes
económicos, y no era suficiente para mejorar las condiciones de los
trabajadores, que siguen sometidos a la explotación de los burgueses que
sobreviven y los nuevos ricos. Uno de los grandes beneficiados por el chavismo
fue Víctor Vargas Irausquín, dueño del grupo financiero BOD y suegro de un príncipe
español. Fue tildado como el “banquero de Chávez” por los beneficios
conseguidos durante su régimen siendo su banco el sexto mas grande de
Venezuela.
El gobierno de Hugo Chávez solo
se trato de otro gobierno que aspiraba a reformar el capitalismo, y que
introdujo a los suyos en la elite económica. No todo puede ser gris, brindo
beneficios para la clase trabajadora con bonos, entrega de computadoras
portátiles, y la entrega de tierras a los campesinos; pero no cambio el fondo,
el insostenible sistema capitalista donde tarde o temprano la crisis llega.
La Oposición
Cuando Chávez gobernaba era
imposible derrotarlo, pues se trataba de un gobierno fuerte gracias a la bonaza
petrolera, sin embargo, durante su enfermedad y posterior muerte en 2013, la
caída de los precios de petróleo se dio. Nicolas Maduro ha sido incapaz de
enfrentar esta crisis, lo que devino en la primera y única derrota oficial del
chavismo en las elecciones parlamentarias de 2014, con la Mesa de Unidad
Democrática (MUD) como primera fuerza.
La derecha tradicional juntada en
el MUD ha usado distintos medios para tomar el gobierno, con el respaldo de los
Estados Unidos. En 2002 fracasaron en su intento de golpe de Estado, en 2012 y
2013 fracasaron las dos candidaturas de Henrique Capriles, derrotado por Chávez
y Maduro en medio de acusaciones de fraude. Para 2014, la crisis migratoria y económica
les permitió superar al PSUV, mas serian bloqueados por el Ejecutivo que formo
una Constituyente.
En 2019, con el fin del primer
mandato de Maduro, declararon ilegitimo al gobierno y crearon un gobierno
propio con Juan Guido de presidente interino. Gracias a Estados Unidos ejerció
un inmenso poder sobre las propiedades de Venezuela en el extranjero,
beneficiándose de estas y de las ayudas económicas. Mientras, Venezuela seguía
en la misma situación, con una oposición que creaba temporadas de agitación en
las calles, que quedaban en nada.
El liderazgo de Capriles y Guaido
ha quedado en el pasado, igual el de Leopoldo López, los cuadros de la derecha
venezolana se oxidan por su pereza a la hora de movilizar al pueblo, motivados
por su deseo de provocar una intervención extranjera y no una revolución. Sanciones
y bloqueo económicos que solo ha afectado a los propios venezolanos mientras
Maduro lo encuentra como la perfecta excusa a su incompetencia.
Para 2024, la oposición
derechista propuso a María Corina Machado, inhabilitada por el régimen, luego
propuso a Corina Yunis, impedida también, y finalmente quedo Edmundo González. Una
nueva elección donde los medios afines al MUD presentaron como una inédita
oportunidad, pese a relatar lo mismo que habían dicho de elecciones anteriores:
baja popularidad de Maduro, promesa de elecciones justas, y una oposición
unida; ninguna de las que impidió que se haga real la frase de Joseph V. Stalin:
“Lo importante no es quien vota, sino quien cuenta”.
El Imperialismo
China, Estados Unidos y Rusia se
han estado disputando la influencia sobre este país, pese al discurso
antimperialista de Chávez y Maduro. Con la derecha tradicional eran los Estados
Unidos quienes ejercían la hegemonía total, más Chávez abrió las puertas a
China y Rusia, metiendo en el patio de los gringos, como lo creen ellos, a sus
rivales económicos. Estados Unidos no tiene interés en derrocar al régimen para
defender la democracia, sino para recuperar la hegemonía perdida.
Estados Unidos no quiere inestabilidad, pero tampoco perder su influencia, una
guerra crea lo primero y pone en duda la posibilidad de mantener la segunda. La
administración de Trump y la de Biden no han pretendido tomar esta opción aún. En
cambio, han decidido negociar con el régimen unas “elecciones justas”, lo que
se volvió de mayor interés tras la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Estados Unidos prefiriendo
destruir la economía de su rival imperialista que la de un estado vasallo, negoció
con Nicolas Maduro el alivio de las sanciones sobre el petróleo. La Unión
Europea les siguió el paso a los yanquis a fin de minimizar la crisis
energética. Fingieron creer las promesas de elecciones justas, defendiendo su
interés de obtener petróleo a la vez de no quedaban como hipócritas cuando se
dieron los resultados el 28 de julio.
Desde el ascenso de Hugo Chávez
hasta ahora, la “Revolución Bolivariana” cumple ya unos 25 años. Venezuela es,
junto a Nicaragua, de los pocos países donde los gobiernos del llamado
“socialismo del siglo XXI” perduran pese a los cambios políticos en la región,
demostrando el eclecticismo de esa corriente con un discurso de izquierda,
radical y revolucionario, mientras seguían distintas corrientes económicas,
continuación de las políticas implementadas anteriormente. Pues mientras
gobiernos como el de Ecuador, Venezuela, y Nicaragua intentaron o rompieron el marco
democrático para perdurar, en Argentina y Brasil jugaron bajo las reglas de la
democracia burguesa, hecho que permitió readquirir apoyo electoral tras el desastre
de un gobierno derechista.
Con la nueva reelección se
sumarian 6 años más para un gobierno que no ha superado la crisis económica, y
omite recordar a los millones de venezolanos en el extranjero. Un sexenio más
que no representa cambios para Venezuela, donde la popularidad de gobierno seguirá
cayendo. La oposición llama a las calles nuevamente, con María Corina Machado
como su nueva líder, pese a ser Edmundo González el candidato, a la vez que la
represión del régimen se salda con víctimas mortales. Ninguna diferencia de
anteriores ocasiones, con la derecha aspirando a usar la presión internacional
en vez de confiar en el pueblo.
En Venezuela, Hugo Chávez y
Nicolas Maduro se han negado a la alternancia, mientras la derecha opositora pone
candidatos y lideres nuevos cada que necesitan, sin lograr llegar a gobierno, y
detrás de todos alguna potencia imperialista, jugando con las vidas de los venezolanos.
La disputa electoral entre la MUD, rebrandeada en la Plataforma Unitaria, y el PSUV,
no es más que otra lucha entre sectores de la burguesía, respaldada a su vez
por las potencias imperialistas. Un cambio para Venezuela no será conseguido de
la mano de los imperialistas y sus lacayos, sino de la fuerza del propio pueblo,
su autodeterminación.
Referencias
Banquero vinculado al chavismo es interrogado por
presunto vínculo con el "ataque cibernético". (s.f.). Obtenido de
Diario de Las Americas:
https://www.diariolasamericas.com/america-latina/banquero-vinculado-al-chavismo-es-interrogado-presunto-vinculo-el-ataque-cibernetico-n4109883
EE. UU. suspende alivio
de sanciones petroleras a Venezuela; Maduro minimiza el impacto de la medida. (17 de Abril de 2024).
Obtenido de France 24:
https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20240417-ee-uu-suspende-el-alivio-de-sanciones-al-petr%C3%B3leo-y-gas-de-venezuela-por-incumplimientos-de-maduro
Estados Unidos se reúne
con Venezuela por el petróleo. (8 de Marzo de 2022). Obtenido de As.com:
https://www.diariolasamericas.com/america-latina/banquero-vinculado-al-chavismo-es-interrogado-presunto-vinculo-el-ataque-cibernetico-n4109883#google_vignette
Miranda, P. (Enero de
2016). Las lecciones de Venezuela. Revista Politica(31).