Entre 1933 y 1945 se desarrolló
uno de los mayores genocidios de la historia de la humanidad. Seis millones de
judíos fueron asesinado y otro más puestos en campos de concentración por un
régimen que consideró a Europa su territorio nacional, excluyendo a todo un
pueblo que por años había vivido en esas tierras. Pocos años después, en
noviembre de 1948, 750 mil miembros de otro pueblo semita fueron expulsados de
las tierras donde habían vivido por años. El responsable, el recién formado
estado judío sobre el Mandato de Palestina.
Un trauma
Así empezó la guerra entre el
pueblo palestino y los sionistas bajo la idea de las naciones vencedoras de la
II Guerra Mundial de impedir otro genocidio reconociéndoles un estado propio a
los judíos. Aunque también los gitanos y otras minorías dentro de Europa
hubiesen sido exterminadas por las fuerzas hitlerianas y aliadas, eran los
judios (realmente su burguesía) los que tenían influencia y un plan determinado
donde ir.
Palestina era el lugar propuesto.
Un territorio del que una parte de la población judía fue expulsada por las fuerzas del
Imperio Romano cuando se derroto a su resistencia. Desde entonces, año 136,
adoptó el nombre de Palestina, pretendiendo borrar la civilización hebrea de la
historia y humillándola, recordando a los filisteos. Para la Edad Media la
Tierra Santa era un sitio que se disputaron cristianos y musulmanes encubriendo
intereses económicos en una supuesta guerra santa.
Mientras los conflictos seguían
entre los poderosos, la población en Palestina iba cambiando y mezclándose. Judíos,
cristianos, árabes y demás pueblos del Levante Austral sufrieron las atrocidades
perpetradas en las distintas cruzadas y yihads, y se emparentaron. Finalmente,
por necesidad de no ser tratados como ciudadanos de segunda en el Imperio
Otomano, gran parte se convirtieron al Islam. Tras la caída del Imperio, Palestina cayó en
manos británicas por mandato de la Liga de Naciones, pese a las promesas inglesas
de darles su estado propio (promesa también hecha a los sionistas) a cambio de
apoyar la lucha contra el Imperio.
Siendo Palestina el territorio
donde se formó la identidad judía, esa fue la aspiración de los movimientos
sionistas surgidos a finales del siglo XIX cuando veían como todos los pueblos conseguían
su propio estado nacional. El racismo dentro de Europa, cuyo esoterismo acusaba
a los judíos de varios males, impidieron su integración a las naciones recién
formadas. La elite judia era la más disgustada, que pese a sus riquezas tenian que seguir viviendo a lado de la plebe judia en los guetos, entre estas familias "humilladas" estuvo la Rothschild.
“Los sionistas nunca han
combatido el antisemitismo, se sirven de él para convencer a los judíos de todo
el mundo de venir a Israel.” (Stambul, 2018)
Con el interés de aumentar la población judía en este territorio de mayoría árabe, desde 1881 sucedieron seis olas
de inmigración a Palestina, favorecidas por el racismo de Europa, las teorías
de conspiración, y los pogromos, aprovechando el antisemitismo para hacer
realidad su fantasía. La familia Rothschild y otros ricos, creyendo que el dinero todo puede comprar, comenzaron a comprar terrenos al Imperio Otomano. El plan fue facilitado por los fascistas del III Reich que mediante el Acuerdo de Haavara del 25 de
agosto de 1933 con la Federación Sionista de
Alemania, y la Agencia Judía para Israel, lograron la "salida voluntaria" de 60 mil judeo-alemanes a Palestina, principalmente los miembros de la burguesía adinerada, dejando a los trabajadores judios ser exterminados.
En Palestina, la Alemania nazi-fascista emuló el plan que Estados Unidos y Reino Unido ejecutaron en Liberia y Sierra Leona con los esclavos liberados, el traslado de una población indeseada aparentando humanidad. La burguesia judia estaba feliz viendo como su plan para tener un estado nacional que sirva de bastión para intervenir en la geopolítica se cumplía. Con Alemania derrotada y los judíos
europeos traumados por los horrores del Holocausto, los sionistas tenían ya todo preparado.
La Nakba
El 29 de noviembre de 1947 se da
la Resolución 181 de las Naciones Unidas aprobada por los votos a favor tanto
de Estados Unidos como la Unión Soviética, y el rechazo de los países árabes asi
como el de dos países que quedaron en el subcontinente indio. El plan resultó problemático a falta de continuidad territorial e ignorarse la voz de la mayoría
árabe que por entonces eran más de un millón, el 67% de la población de
Palestina.
Pese a ello, las autoridades
sionistas aceptan la resolución y la Haganá, grupo paramilitar sionista, llamaba
a jóvenes entre 17 y 25 años a unirse, empezando la violencia a partir de aquel
día. El 14 de mayo de 1948 se da la declaración de independencia del Estado de
Israel, el día de la Nakba. Al día siguiente se daba la expulsión de palestinos
de más de 60 aldeas cerca de Tel Aviv (antigua ciudad palestina de Jaffa), siendo esta de las primeras acciones
bélicas del naciente estado, aunque no el primer desalojo de palestinos.
Desde la Resolución 181, las
autodefensas judías habían iniciado estos actos para acelerar el cambio de la realidad
demográfica, donde incluso en los territorios que iban al Estado de Israel, los
palestinos representaban casi la mitad, algo problemático si quieres volver a
tu país la “única democracia de Oriente Medio”. David Ben Gurion, premier de
Israel, autorizo las acciones paramilitares que con la formación del Estado se
volvieron militares al integrarse a las Fuerza de Defensa de Israel.
Tras la Nakba, Palestina ocupada se convirtió en un país de pueblos fantasma con 350 aldeas y barrios desaparecidos, y ciudades costeras abandonadas. Solo 150.000 árabes permanecieron en el ahora Estado de Israel, convertidos en refugiados en su tierra y con sus bienes confiscados. En 1949 obtendrían ciudadanía israelí pero bajo restricciones que incluía no recibir ningún acceso a la atención social.
Resistencia Palestina
Desde el principio, el pueblo
palestino lucho por su derecho a la autodeterminación, recibiendo el apoyo de los
demás países árabes y líderes religiosos. La guerra del 48, la de los Seis Dias
(1967) y la de Yom Kipur (1973) son algunas de las acciones bélicas que
dependieron del accionar extranjero.
Esto provocó que un estado soberano palestino no exitiese. En 1948, Jordania y Egipto ocuparon Cisjordania y Gaza respectivamente. Luego, en la guerra de los Seis Dias, Israel ocupo todo el territorio palestino ademas de los Altos del Golan y la peninsula del Sinai, expulsando a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Cisjordania.
Para 1958, la juventud palestina
entendió la necesidad de una organización secular para defender al pueblo
palestino e independiente a los intereses del extranjero. Asi se funda la Movimiento
Nacional de Liberación de Palestina (Al-Fatah) liderada por Yasser Arafat. En
1968 y 1969 surgirían también el Frente Popular para la Liberación de Palestina
(FPLP) y el Frente Democrático por la Liberación de Palestina (FDLP) como
respuesta a la llegada de gobierno del llamado socialismo árabe al poder. En
1969, Arafat asumió la presidencia de la Organización para la Liberación de
Palestina (OLP), organización fundada para funcionar de representante del
pueblo palestino, volviéndose el principal vocero de la causa palestina. Al año siguiente, el gobierno de Jordania expulsaria a la OLP al estos mostrar mayor independencia politica, organizando sus guerrillas contra la ocupación sionista.
En 1987, la Primera Intifada inicio
de forma espontánea ante el asesinato de trabajadores palestinos por los
militares israelíes. Las protestas y acciones de desobediencia de la llamada
Revuelta de las Piedras consiguieron la implantación de la Autoridad Nacional
Palestina en 1993 con los Acuerdos de Oslo.
La Democracia Israelí
“Desde su origen, los intereses
del Estado de Israel han estado profundamente imbricados con los del
imperialismo estadounidense, por esto, EE. UU asigna desde el 2016, 3 mil 800
millones de dólares anuales en ayuda financiera.” (Semanario En Marcha, 2021)
Mientras, el Estado de Israel
buscaba legitimidad entre los judíos y ante el mundo occidental. Intentaron que
Albert Einstein fuera su presidente, pero no aceptó. El Mossad persiguió y la justicia israelí juzgo a los responsables
del Holocausto mientras hacia lo mismo con otro pueblo semita.
Pese a la guerra, Israel celebró
sus primeras elecciones en 1949. Para estas elecciones Israel registro a poco
mas de 500 mil habitantes, pese a que las cifras anteriores a la Nakba indicaban
la existencia de 400 mil árabes dentro de Israel, desparecidos tras su huida de
las fuerzas ocupantes.
Este y otros actos poco democráticos
fueron ignorados por los Estados Unidos y Europa al volverse el aliado más
confiable de los intereses de las potencias occidentales en Medio Oriente. Israel
seria su bastión tanto ante Gamal Abdel Nasser y el socialismo árabe como ante
los grupos islámicos surgidos producto de las intervenciones imperialistas,
funcionando como una avanzada desde donde proteger los negocios petroleros. Por
estas razones Estados Unidos ha puesto 6 bases militares secretas en Tierra
Santa, según denunciaba el periódico Maariv.
Para el imperialismo
estadounidense, garante de la democracia en el mundo, resulta muy importante,
aunque no necesario, que sus aliados más cercanos aparenten ser democracias. El
Estado de Israel ha cumplido con ese deseo, simulado normalidad ante una
población judía cansada de guerras y dictaduras, hecho que ha cambiado
recientemente con las políticas de Benjamín Netanyahu y sus aliados abiertamente
de ultraderecha.
Y es que al final el sionismo, la ideología criminal que sigue el Estado de Israel, no es más que la versión judia del fascismo. Un ultranacionalismo con el cual justifican sus crímenes contra la humanidad. Traslado forzoso de personas, políticas de apartheid, violentar la soberanía de otros estados, daños al patrimonio cultural son algunos de los crimenes tipificados en el derecho internacional que ha cometido el sionismo, pero de los que no se lo acusa al ser un buen aliado de la potencia hegemónica mundial.
Para la población judía han creado una supuesta democracia que oculta toda una política genocida. Crearon un falso paraíso en que no serian discriminados, un paraiso que "debe proteger" de sus dueños legítimos, favoreciendo a su vez a los imperialistas. Recién en estos momentos, con Benjamín Netanyahu y sus aliados, la política fascista se hizo visible al pueblo judio con reformas que afectan la separación de poderes, pilar de toda democracia burguesa.
Extremismos y Mentiras
Siete décadas de guerra no son
fáciles de aguantar en la mente colectiva. El sionismo ha generado odios en su
búsqueda de la Tierra Prometida. No existe organización palestina que no haya
sido declarada terrorista por el Estado de Israel y, por tanto, se considera un enemigo con
el que no se puede ni debe negociar.
En los últimos años, el sionismo
ha dejado claro el carácter supremacista, mandando bandas de colonos y
militares a desalojar viviendas, tapiar manantiales, invadir mezquitas, arrestar
activistas, asesinar periodistas, realizar toda medida para afectar la vida de
los palestinos en su país ha sido valida. La colonización de Cisjordania, promovida
por Ariel Sharón, solo aumenta el enojo palestino que ve como Israel traspasa
las fronteras impuestas por Naciones Unidas y las acordadas en Oslo.
Estados Unidos se ha mantenido en
silencio ante los actos de Israel, demostrando su apoyo tácito cuando reconoció
a Jerusalén como la capital del estado en 2017, acto de Trump no revertido por
Joe Biden. Únicamente en este año, han respondido con una declaración ante la
reforma judicial mediante la cual Netanyahu se pone por encima de las
decisiones de la justicia israelí ante el temor que la población judía se
rebele.
El resurgimiento de la religión
como eje, de la mano del Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS), ha
sido la respuesta a estos ataques. Un movimiento de tendencia islamista en un
país árabe que antes había dado apoyo a movimientos seculares como Fatah
representa el rechazo que ha generado el accionar criminal del Estado de
Israel. Fatah ha quedado deslegitimado por el fracaso de los Acuerdos de Oslo y
los intentos de una solución pacífica, intentos que solo consiguieron el envenenamiento y asesinato de Yasser Arafat.
En las elecciones de 2006, Hamas ganó
con el 41% de los votos válidos. Más que un voto en respaldo al extremismo
religioso del que se los acusa, se trató de un respaldo a la voluntad de luchar
representada por esta facción, ante el Fatah que esperaba a que el sionismo tuviera palabra. desde entonces ha disputado con Fatah el gobierno
de Palestina. Una división interna donde Gaza se ha vuelto territorio de Hamas,
sometida a un bloqueo por el Estado de Israel a más de una valla alrededor de
la Franja y repetidos bombardeos a la infraestructura. A la vez, Cisjordania ha
ido siendo colonizada por Israel mientras Fatah gobierna existe en lo que resta, minúsculos enclaves en lo que debería ser el territorio soberano más extenso del Estado de Palestina, rodeados por las tropas sionistas.
Estos hechos llevaron a que, en
2018, las Naciones Unidas consideran 2020 el año donde la Franja dejaría de ser
habitable por tener a una población de más de dos millones en hacinamiento. Amnistía
Internacional confirma esto cuando denuncia la destrucción ilegal de viviendas
palestinas y el castigo colectivo que significa el bloqueo.
Razones para radicalizarse hay
muchas. Aunque Hamas rechazaba ser antijudío en su recién cerrada página web, y la dura campaña de desinformación sionista hace dificil verificar esto por otro medio, no
hay dudas que los palestinos no pueden ver a sus asesinos como humanos. Extrapolar
eso a todo el pueblo judío es muy fácil, difícil es entender que los causantes
no fueron los judíos, un pueblo hermano que ha regresado a casa, sino la clase
dominante que aprovecho siglos de tragedia para armar más tragedias y
enriquecerse al acercarse a una zona rica en petróleo como es el Medio Oriente.
El pueblo de Palestina en su mayoría si llega a entender ello, conviviendo
diariamente judíos y árabes en Cisjordania y Gaza, definiendo al Estado de Israel como el enemigo y no su pueblo.
Las derrotas del imperialismo
vistas en países como Afganistán han hecho de la colonización la más efectiva
forma de conquista. Suplantar una nación entera por otra con una clase
dirigente cercana, ha permitido abaratar los costos en vida a las potencias occidentales
de mantener esta base, usando a los judíos como carne de cañón tras tantos años
de discriminarlos.
La causa de Palestina es tan o
más justa que la Ucrania, una lucha por la liberación contra los ocupantes y
los intereses de imperialismo que dividen al mundo. No se trata de actos
criminales, sino de la defensa del derecho a la autodeterminación de los
pueblos. Las muertes de judíos y los bombardeos pudieron ser impedidas si el
Estado de Israel hubiese respetado los Acuerdos de Oslo y permitido una
solución pacífica al conflicto. En cambio, Israel siguió su política colonial,
se siguió expandiendo y agrediendo al pueblo palestino, demostrando que no
tienen palabra y que la única manera de detener los caprichos de la burguesía
es con el uso de estas medidas drásticas.
Es claro que, pese a que algunos
generales sionistas fueron capturados por Hamas, quien paga la consecuencia son
los pueblos. Miles de prisioneros entre judíos y palestinos, retenidos por toda
la Tierra Prometida. La cifra de el en la guerra más larga del mundo se ha
catapultado en estos días. Lamentable es que este sea el costo de la libertad
de un pueblo, debido a las ambiciones de sionistas.
“(…) Palestina resiste
heroicamente la brutal agresión del imperialismo yanqui y del sionismo (…) es
una muestra de la decisión de defender la soberanía y la vida, recibe la solidaridad
y el apoyo de las fuerzas progresistas del mundo.” (XXIV Plenaria de la CIPOML, 2018)
Seis millones de palestinos
esperan el día de retornar a su hogar, 4 500 esperan ser liberados de las cárceles
de Israel (incluidos niños) y miles más no podrán ver ese día asesinados por
las fuerzas sionistas. Palestina será algún día libre de la opresión y obtendrá
la paz que la burguesía le ha negado por tantos años a judíos y palestinos,
separando a pueblos hermanos para luchar por mezquinas ambiciones.
Referencias
75 aniversario de la Nakba, cuando 750 000 palestinos
perdieron bienes y derechos. (15 de Mayo de 2023). Obtenido de Euronews:
https://es.euronews.com/2023/05/15/75-aniversario-de-la-nakba-cuando-750-000-palestinos-perdieron-bienes-y-derechos#:~:text=Nakba%2C%20que%20significa%20cat%C3%A1strofe%20en,derecho%20a%20poder%20a%20regresar.
EEUU dispone de bases
militares secretas en territorios ocupados palestinos. (23 de Agosto de
2012). Obtenido de PalestinaLibre.org:
https://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=40282
Israel mantiene más de
4.500 palestinos presos. (3 de Mayo de 2022). Obtenido de TeleSur: https://www.telesurtv.net/news/palestinos-detenidos-carceles-israel-20220503-0011.html
Sanchiz, S. (4 de Junio
de 2020). Cisjordania, estación final de los Acuerdos de Oslo (I).
Obtenido de Partido Comunista de España (marxista-leninista):
https://pceml.info/actual/index.php/internacional/internacional/795-cisjordania-estacion-final-de-los-acuerdos-de-oslo-i
Semanario En Marcha.
(15 de Agosto de 2018). Israel mantiene su guerra contra pueblo palestino.
Obtenido de Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador:
https://pcmle.org/EM/spip.php?article9177
Semanario En Marcha.
(18 de Mayo de 2021). Solidaridad con la lucha del pueblo Palestino.
Obtenido de Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador:
http://pcmle.org/EM/spip.php?article11196
Stambul, P. (15 de
Abril de 2018). Auschwitz es ahora Palestina. (P. Opción, Entrevistador)
Obtenido de https://periodicoopcion.com/auschwitz-es-ahora-palestina/
Trump siembra la
discordia al reconocer Jerusalén como capital de Israel. (6 de Dicembre de
2017). Obtenido de El País:
https://elpais.com/internacional/2017/12/06/estados_unidos/1512579049_062317.html
XXIV Plenaria de la
CIPOML. (Noviembre de 2018). Declaración de la XXIV sesión de la CIPOML
(México 2018). Obtenido de Partido Comunista de España
(marxista-leninista):
https://www.pceml.info/actual/index.php/internacional/646-declaracion-de-la-xxiv-sesion-de-la-cipoml-mexico-2018