El 11 de septiembre de 2024
falleció el dictador Alberto Fujimori, exactamente tres años después de la
muerte de Abimael Guzmán, líder mesiánico de Sendero Luminoso. Estos hombres no
solo comparten la misma fecha como la del fin de sus días en este planeta, sino
también una pagina oscura en los libros de historia peruana. 
“El pueblo peruano se vio
sometido entre dos fuegos. Miles de dirigentes campesinos, magisteriales,
estudiantiles, etc. fueron asesinados, decenas de miles de pobladores
eliminados y millones de peruanos huyeron de los territorios comunales
produciéndose el fenómeno de despoblamiento para dejar las riquezas naturales
(…) a merced de las bandas capitalistas.” (Partido Comunista Peruano (Marxista –Leninista), 2015)
En la década de 1980, tras la
Huelga Nacional de julio de 1977, terminaba la dictadura militar. El movimiento
campesino había hecho temblar al régimen militar, luchando por reivindicaciones
políticas y económica para las cuales no fueron suficientes los beneficios que
daba la Constitución de 1979, aspirando a una autentica Reforma Agraria, sin
pago a los gamonales y la confiscación de tierras para las comunidades campesinas.
El descontento debía ser
contenido antes que lleve a la revolución. La burguesía, que había prosperado
en la dictadura, necesitaba de una justificación para la represión, y la
encontró en Sendero Luminoso.
Abimael Guzmán, expulsado de las
filas del Partido Comunista Peruano (marxista-leninista) en 1969, fundó su
propio “movimiento político”, una organización paramilitar que llevaba como
nombre parte de una frase de Juan Carlos Mariátegui. Guzmán se autoproclamó la
“cuarta espada del comunismo” mientras atentaba contra del mismo pueblo
trabajador. En las zonas rurales, abandonadas por el Estado, declaró la “guerra
popular”, asesinando a campesinos y dirigentes comunales que se oponían a su
violencia, justificándose en las ecléticas “tesis de Mao Zeodong” para cometer
su genocidio.
Entre las víctimas de Guzmán se
cuentan Misael Oré, Lorenzo Chuchon, Lorenzo Galindo, Ismael Palomino, Pablo
Villanueva, Julio Gutiérrez y Raúl Quispe, militantes del Partido Comunista de
Perú (marxista-leninista). Ellos denunciaron el carácter reaccionario y
antimarxista del “pensamiento de Gonzalo”, como se hizo nombrar Guzmán, cayendo
victimas del enemigo encubierto de la clase obrera. En el marxismo-leninismo, solo hay una vía para la toma del poder por el proletariado,
misma que se ejerce contra el enemigo de clase, la burguesía, no hacia la misma
clase proletaria y sus aliados; lo contrario no es mas que violencia
reaccionaria, ejercida por la clase dominante para resistir a su inevitable
derrota.
En Perú, fueron las comunidades y
no la gran burguesía los que padecieron los embates de terrorismo senderista. Solo
ver como la “sanción ejemplar” contra el pueblo de Santiago de Lucanamarca
puede ser comparada con cualquiera de las “sanciones ejemplares” realizadas por
las fuerzas nazi-fascistas en Europa cuando la resistencia conseguía asesinar a
un dirigente nazi. Sesenta nueve personas, entre las que se encontraban 18
niños completamente inocentes fueron asesinados el 3 de abril de 1983 por las
fuerzas de Sendero Luminoso, todo porque las rondas campesinas habían logrado
abatir a un agente senderista. Comparable con la masacre a los pueblos de
Lídice y Ležáky hecha como represalia por el ajusticiamiento de Reinhard
Heydrich, jefe de la ocupación nazi en Chequia. 
Aprovechando este clima, el
estado organizó a la Guardia Civil y al Ejército, suspendiendo los derechos
constitucionales, permitiendo al ejército cometer sus masacres, como de
Accomarca donde, bajo la excusa del terrorismo,  se masacro de entre 69 a 74 personas, que según
cifras oficiales incluían a 30 niños, 27 mujeres y 12 hombres. 
El Estado, actuando al servicio
de la burguesía, jugo su papel el genocidio de los campesinos e indígenas, pero
fue Alberto Fujimori el que más aprovechó esta crisis para sus fines políticos.
Habiendo llegado al poder en medio de una crisis de credibilidad de los políticos,
Fujimori da su golpe de estado el 5 de abril de 1992, disolviendo el Congreso
Nacional, ordenando la reorganización del Poder Judicial y suspendiendo la Constitución
de la Republica. La dictadura de Fujimori inmediatamente lanzó a los militares
a las instituciones del estado y una vez conseguido Congreso afín hizo una Constitución
a su talla. 
Su dictadura reprimió a todo
grupo de izquierda, a indígenas y campesinos bajo la acusación de terrorismo y
ser simpatizante de Sendero Luminoso. Con el “terruqueo” se justifico la
matanza de Barrios Altos (1991), La desaparición y asesinato de estudiantes de
la Universidad de La Cantuta (1992), el asesinato del periodista Pedro Yauri
(1992), entre otros actos cometidos por el Grupo Colina, un escuadrón de la
muerte de Fujimori. 
No se trataban de accidentes, y
eso lo demuestra su “Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificación
Familiar”. Las esterilizaciones forzosas contra las mujeres indígenas y
campesinas fueron las más clara de las medidas de limpieza étnica y genocidio
contra los pobres, acción en la que los Estados apoyo con unos 85 millones de
dólares entregados a través del la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID). Se estima que entre los años 1990 y 1999 más de 314 mil
mujeres fueron esterilizadas, muchas veces empleando presión psicológica o a
cambio de alimentos o dinero. 
El objetivo de esta masacre, nada
mas que consolidar el Estado neoliberal. Ya con el Fujishock de 1990 se
plantaron medidas para desregularizar la economía a favor de los empresarios y
plantear austeridad en el sector social en desmedro de los trabajadores. Luego
la Constitución fujimorista estableció la independencia del Banco Central de
Reserva del Perú y legalizo el arrebato de los territorios comunales desolados
por el terrorismo. A la vez, eran privatizadas empresas como: Electroperú, Edegel,
Cantel (vendida a Telefónica-Movistar), la minera Centromin (vendida a la suiza
Glencore) y el Banco de la Nación y Banco Continental. Ahora los campos del
Perú estaban libres para que las grandes empresas extraigan las riquezas del Perú,
sin ningún pobre en medio. 
“Los que derrotaron al
paramilitarismo senderista y las violaciones de derechos humanos del Ejército y
la Policía, fue el movimiento campesino organizado que acabó con las fuerzas
reaccionarias que lo pretendieron doblegar.” (Partido Comunista Peruano
 (Marxista – Leninista), 2016)
Abimael Guzmán y Alberto Fujimori
fueron las caras del terror, frente a ellos el pueblo mismo se organizó en el
campo contra el genocidio y venció. Los dos genocidas fueron enviados la cárcel.
En el caso de Fujimori, pese a los intentos de su hija de liberarlos, apenas logro
que quede libre unos 9 meses antes de su muerte. 
“Demencial” es uno de los
términos que adopta el PCP (ml) para señalar el accionar de Sendero Luminoso.
No existe otra forma de justificar que no sea la de desprestigiar al comunismo
dando credibilidad a la criminal imagen que los capitalistas quieren darle.
Esta afirmación adquiere veracidad cuando pensamos como la fuerzas
paramilitares y militares de forma prácticamente coordinada acababa con comunas
enteras en un primer y segundo ataque, tal como sucedió en Oronccoy, una de las
tantas provincias diezmada por las dos fuerzas. 
Fujimori y Gonzalo están muertos,
pero sus crímenes han provocado un gran daño en la sociedad peruana. La Comisión
de la Verdad y Reconciliación (CVR) calcula en 69,300 víctimas fatales.  Pese a ello, el fujimorismo sigue siendo una
fuerza importante en el Perú, detrás del sillón de Dina Boluarte. El terrorismo
senderista ha marcado a toda la izquierda que intentó exterminar, pues prevalece
el “terruqueo” de las organizaciones progresistas y revolucionaria pese a ser
ellas quienes se enfrentaron a esas fuerzas paramilitares y militares. 
La represión y el terrorismo de
estado solo busca la paz para los privilegiados, para la burguesía, intentando
erradicar la amenaza que representa la revolución a sus negocios, pero el fin
del capitalismo es inevitable y los revolucionarios siguen luchando por
alcanzar tarde o temprano esa victoria. 
 Bibliografía
 
  Amerise, A. (04 de Octubre de 2023). "Si
  sobrevivías a Sendero, te mataban los militares": Oronccoy, la comunidad
  de Perú que perdió tres cuartas partes de su población y ahora recupera los
  restos de 22 niños asesinados. Obtenido de BBC:
  https://www.bbc.com/mundo/articles/cp05d22ygqdo
  B.P del PCP (m-l). (27
  de Abril de 2023). https://pcpml.net/2023/04/27/levantamiento-popular-en-peru-diciembre-2022-a-abril-de-2023/.
  Obtenido de Partido Comunista Peruano (marxista – leninista):
  https://pcpml.net/2023/04/27/levantamiento-popular-en-peru-diciembre-2022-a-abril-de-2023/
  Bazo Reisman, A. (11 de
  Septiembre de 2021). Muerte y pobreza: Las cifras que dejó el terrorismo
  de Sendero Luminoso. Obtenido de El Comercio:
  https://elcomercio.pe/peru/muerte-y-pobreza-las-cifras-que-dejo-el-terrorismo-de-sendero-luminoso-abimael-guzman-lucanamarca-huanta-tarata-cvr-ec-data-noticia/
  Partido Comunista
  Peruano (Marxista – Leninista). (Abril de 2015). Desenmascarar al senderismo,
  su práctica contrarrevolucionaria a la luz del marxismo – leninismo. Unidad
  y Lucha(30), 99-107.
  Partido Comunista
  Peruano (Marxista – Leninista). (Octubre de 2016). Llamamiento del Partido
  Comunista Peruano (Marxista - Leninista) Con motivo del 88° Aniversario de
  Fundación. Unidad y Lucha(33), 115-122.
  Partido Comunista
  Peruano (Marxista – Leninista). (Abril de 2016). Posición del Partido
  Comunista Peruano (marxista – leninista) frente a las elecciones del 10 de
  abril y el 5 de junio de 2016. Unidad y Lucha(32), 149-156.
  Partido Comunista
  Peruano (Marxista –Leninista). (2015). La fascistización del régimen de
  Ollanta Humala. Unidad y Lucha, 119-124.