En Chile Todavía no Llega la Revolución

Hoy, 11 de marzo de 2022, se marca el fin del bipartidismo chileno donde Michelle Bachelet y Sebastián Piñera se turnaron la presidencia de la República, derrotadas quedaron las coaliciones Chile Podemos Más y Nuevo Pacto Social, antiguas facciones gobernantes relegadas a un cuarto y quinto lugar. Producto del Estallido Social de Octubre, el ex dirigente estudiantil Gabriel Boric asume la presidencia del país siendo este, junto con la Convención Constituyente, un triunfo para los pueblos de Chile pero ¿Sera qué el gobierno de Boric va a la par de las aspiraciones populares?

• Véase También: Chile: El Colapso del Sueño Neoliberal

Pese a ser de la misma coalición gobernante, la llegada al poder de Michelle Bachelet en 2006 fue vista como un gran cambio, parte de la primera ola progresista forjada por el desprestigio de la vieja derecha y la socialdemocracia, pero continuo con muchas de las medidas neoliberales iniciadas por Augusto Pinochet, manteniendo el sistema de subvenciones a la educación privada, reformado producto de la presión generada por las protestas y no debido a la “buena voluntad” del gobierno. Su gobierno fue quedado marginado del “socialismo del siglo XXI” mientras mantenía una cordial relación con Sebastián Pinera, su sucesor-predecesor.

«La propuesta de Boric tampoco representa a los trabajadores ni pretende hacerlo, sus intereses no van más allá de administrar el sistema democrático burgués sin rebasar sus límites». (Partido Comunista Revolucionario, 2021)

Diferente al caso de Bachelet y de los demás pseudoizquierdistas que llegaron a inicios de los 2000, el caso de Boric es de uno que si se ha involucrado en la lucha popular. Por otro lado, no se trata de alguien realmente direccionado a la emancipación de las masas, a la revolución proletaria.

Solo hay que ver que Gabriel Boric fue postulado por la coalición Apruebo Dignidad, conformada por organizaciones que formaron parte de la antigua Concertación-Nueva Mayoria de Bachelet, entre las que se encuentra el antiguo Partido Comunista (PCCh), que pese al nombre ha seguido la “vía pacífica al socialismo”, aunque la misma experiencia de Gobierno Popular en Chile sea el principal ejemplo de que esto no existe. El mismo Boric ha pasado por distintas organizaciones políticas que se han proclamado de izquierda, pero no tienen como meta el derrocamiento de la burguesía, sino el llamado “Nuevo Pacto Social”, otro intento de un capitalismo con rostro humano que se demuestra cuando pone de ministro de Economia a Nicolas Grau, un personaje que da tranquilidad a los empresarios.

Este mismo fenómeno es el que existe también la mayoría de los miembros de la Convención Constitucional, muchos de los cuales incursionan recién en la política, algunos son ciudadanos que formaron parte de las protestas pero que jamás fueron preparados para defender los intereses populares, que solo de forma empírica saben de los problemas de los trabajadores pero nada impide que sean enredados por la demagogia de algunos políticos que tapan su neoliberalismo en propuestas que puedan parecer de interés al pueblo.

La llegada al poder de personajes como Pedro Castillo y Gabriel Boric al poder marca una nueva etapa en el “progresismo”, la crisis del viejo progresismo y una vieja derecha, lleva a que lideres sociales asuman el poder, pero esto no es suficiente. Se necesitan de dirigentes populares que estén instruidos en la política revolucionaria, que entiendan la necesidad del fin de las clases sociales y por tanto se organicen en un partido que asuma la ideología del proletariado, el socialismo científico, aquella que recoge las experiencias de todos los trabajadores junto con décadas de estudio, y todo el desarrollo científico para estar preparados cuando el poder quede totalmente en sus manos. 

• Véase También: 11-S Chileno

Es muy posible que Gabriel Boric llegue a hacer un gobierno que signifique cambios importantes para la situación de los pueblos de Chile, pero no suficientes. Chile bien sabe que mientras la burguesía tenga algo de poder, buscara una forma para recuperarlo todos. En 1973, usaron a los militares para derrocar a Salvador Allende, y lo mismo sucedería en otros países donde se sospechó mínimamente de un ascenso socialista. 

«La falta de dirección proletaria fue clave para que el Estallido Social no se convirtiera una situación revolucionaria, la participación de los sindicatos fue casi nula, condición fundamental para avanzar en un proceso de radicalización y enfrentamiento contra el Estado Burgués». (Partido Comunista Revolucionario, 2021)

Lamentable fue que el Estallido Social no tuviera a dirección revolucionaria fuerte para que estas protestas al lleven al fin del régimen capitalista, dejando un movimiento desorganizado que solo sirvió para que la derecha chilena ceda ante propuestas socialdemócratas. Ahora toca ver que hará este gobierno frente a una burguesía acompañada de un discurso fascista que desde ya está atacando al gobierno, defender las futuras conquistas y prepararse para que un nuevo estallido social sea realmente de los trabajadores y la construcción de la sociedad socialista.

• Véase También: Pagina del Partido Comunista Revolucionario
• Véase También: Perú: Cerca del Cambio, pero no hay que exagerar

Bibliografía

Partido Comunista Revolucionario. (18 de Octubre de 2021). 18-O La Revolución Frustada. Obtenido de Partido Comunista Revolucionario: https://pcrchile.blogspot.com/2021/10/18-0-la-revolucion-frustrada.html

Partido Comunista Revolucionario. (19 de Julio de 2021). Primarias PC-FA. Obtenido de Partido Comunista Revolucionario: https://pcrchile.blogspot.com/2021/07/primarias-pc-fa.html